Capítulo 5
Levemente movió sus oidos, asintiendo antes de dirigir su mirada al sacerdote. El sacerdote captó la mirada de Samuel y sonrió, volviendo a preguntar: *¿Novia, aceptas a este hombre…. hasta que la muerte los separe?”
“¡Si, acepto!” Emilia respondió en voz alta esta vez, como un pollito picoteando su comida.
Con su respuesta, Gabriel y los padres de la familia Marcias finalmente soltaron el aliento que habían estado sosteniendo.
El sacerdote giró su atención hacia el novio: “Novio, aceptas hasta que la muerte los separe?”
“Acepto
Su voz parecia sólida como una roca en el oido de Emilia.
Emilia no pudo evitar mirar de nuevo al hombre a su lado. No importaba si este matrimonio era o no un trato, este hombre sería su esposo a partir de
ahora.
Ahora, los dos intercambiarán sus anillos.”
El público aplaudio calurosamente
Al escuchar los aplausos, Emilia, para aliviar la incomodidad, le preguntó a Samuel, ¿Se supone que debemos aplaudir cuando intercambiamos anillos?” Samuel no le respondió Más bien, de manera brusca, tomó su mano y deslizó el anillo en su dedo anular. La impresión de Emilia hacia el disminuyó en ese instante. Que hombre tan brusco!
Luego fue el turno de Emilia de colocarle el anillo a Samuel. Como respuesta, decidió apretarlo un poco en su dedo anular izquierdo. El gesto hizo que Samuel pestañeara por el dolor momentáneo. Asi que, esta chica también sabía ser rencorosa
Emilia queria seguir hablando con Samuel, pero de repente sus miradas se encontraron de nuevo. Su mirada profunda era inexpresable, y Emilia sintió su corazón latir mas rápido. Se equivocó al pensar que su mirada intensa se debia al dolor en su dedo causado por el anillo. ¡Qué rencoroso era este hombre!
Y así pasó el día Por la noche, Emilia siguió a la familia Valdés a su mansión ancestral.
Pensando en que esa noche seria su noche de bodas, Emilia cerró los ojos avergonzada y mordio nerviosamente su labio. “¿Qué debo hacer esta noche?”
La puerta de la habitación nupcial se abrió y ella abrió los ojos nerviosamente y se levanto rápidamente desde el pie de la cama. Al ver al hombre que entraba trago saliva nerviosamente. Pensar que podría tener que compartir una cama con este hombre le provocaba escalofrios.
Samuel entro en la habitación y camino hacia Emilia.
Emilia retrocedió, nerviosa. “Uh, primero deberiamos… conocernos, no? Soy Emilia, tengo veinte años, estoy por comenzar mi segundo año en la universidad, yo
“¿Como lograste convencerlo?” Samuel la interrumpió bruscamente, mirándola con hostilidad. Con prisa habia aceptado el matrimonio con ella solo para obtener los documentos de su padre. Pero ¿cómo habia logrado esta chica de aspecto normal persuadir a su terco padre”
Emilia se quedó atónita, “No entiendo lo que estás diciendo”
Samuel continuo a su aire: “No codicies lo que no es tuyo, Emilia. No pienses que casándote con la familia Valdés podrás dormir tranquila, todo lo contrario
Esta vez Emilia entendió, él sospechaba que ella había usado trucos y engaños para convencer a Gabriel.
Para aclarar el malentendido entre ellos, Emilia explicó “Samuel, tú también te viste forzado, ¿verdad? Yo tambien
Samuel se rio con ironia. “Hoy, la familia Marcias ha obtenido al menos quince nuevos proyectos ¿Aún te atreves a decir que fuiste obligada Esta actitud de él hizo que Emilia se enfadara.
Habia intentado explicar con buenas intenciones, pero no consiguió su comprensión. “Samuel, ¿te estas burlando de que mi padre uso mi matrimonio para obtener beneficios? Te dire que si no fuera por tu padre forzándome, mi padre preferiria morir de hambre antes que casarme con tu familia.”