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Capítulo 174
Leonardo apretó los puños y tenía los ojos rojos como si fueran a escupir fuego. Si los dos hombres estuvieran frente a él, definitivamente los destrozaría.
Los ojos de Damián se volvieron cada vez más sombrios, con una intención asesina no oculta.
Incluso Juan, que siempre había sido optimista, se sintió desesperado,
Al ver que todos entendieron mal, Tomás tosió torpemente.
Luego dijo: “No se pongan nerviosos. Debieron haber fracasado
Tan pronto como Tomás terminó de hablar, un puño le dio en la cara.
Los ojos de Tomás brillaron levemente. Lo esquivo y atrapó el puño que venía hacia él. Al mirar hacia arriba, descubrió que era Leonardo.
Tomás se tocó la nariz con torpeza, sabiendo que lo que acababa de decir les hizo malinterpretar. Estaba equivocado.
Tomás volvió a decir: “No te preocupes. Aunque fracasaron, Rosalinda si sufrió mucho“.
Entonces Tomás sacó su teléfono y abrió un video.
Era exactamente lo que Rosalinda habia sufrido fuera del bar y en la fábrica.
Al ver que Rosalinda fue golpeada por dos hombres altos y tratada sin piedad, Leonardo apretó el puño derecho y los dientes.
Deseaba que fuera él quien fuera golpeado y no Rosalinda.
Aunque el video no fue tan malo como esperaban, Rosalinda aún sufrió demasiado daño. Leonardo no pudo reprimir su ira.
El pregunto: “¿Quién está detrás de esto?“.
Leonardo pensó sin comprender: “¿A quién se le ocurrió una idea tan viciosa? ¿Por qué esa persona lastimó a Rosalinda?“.
Tomás dijo: “Esas dos personas resultaron gravemente heridas. Si queremos saber quién les dio instrucciones, tenemos que esperar a que despierten“.
Leonardo casi mató a los dos hombres y todavia estaban en cirugia. ¿Cómo podrian decir la verdad?
Al escuchar eso, los demás supieron por qué los dos hombres estaban tan gravemente heridos y miraron a Leonardo uno
tras otro.
Leonardo no se arrepintió en absoluto. Sólo quería volver a golpearlos para aliviar su odio.
Leonardo dijo: “Mantenlos con vida. Ve y revisa el Bar Nubes. Creo que hay algún problema con ese bar“.
Leonardo no lo sintió antes, pero ahora sintió que algo andaba mal.
En el video de vigilancia se pudo ver que Rosalinda salió después de beber en el bar, pero cuando Leonardo fue al bar y le preguntó al camarero, el camarero negó haber visto a Rosalinda. Eso era completamente ilógico.
Además, Leonardo podria haber acudido antes a la fábrica para rescatar a Rosalinda, pero hubo muchos accidentes en el camino que retrasaron el rescate.
Si no hubiera llegado tarde, Rosalinda no habría resultado tan herida.
Al pensar en el palo que estaba a punto de caer sobre Rosalinda, Leonardo todavia se sentía angustiado.
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Capitulo 174
Tomás asintió y dijo: “Está bien, lo tengo“.
Justo cuando Tomás estaba a punto de irse, Leonardo lo detuvo y le susurró al oído: “Mantén en secreto lo que pasó hoy. No reveles ninguna información sobre esto. No quiero que nadie se aproveche de este asunto, y también quiero ver qué harán a continuación las personas que están detrás de esto“.
Ese día Leonardo llegó a tiempo. El hombre que estaba detrás del plan no logró su malvado propósito. Los dos hombres habían sido controlados por los hombres de Leonardo, por lo que la persona que les instruyó no debería haber recibido
información de ellos.
Leonardo supuso que el hombre detrás de ellos estaria muy preocupado por sus movimientos, ya fueran los suyos o los de los dos heridos.
Por lo tanto, podian esperar y ver si alguien acudiria a ellos.
Tomás comprendió de inmediato lo que quiso decir Leonardo y asintió levemente.
De repente, Tomás pensó en algo y dijo a la ligera: “Hay un mensaje de la policía de que Lucia ha admitido que alguien le ordenó difamar a Rosalinda en la puerta del Grupo Bernaola. La noticia se ha publicado en la página oficial de la policia, y ahora se ha extendido ampliamente. Todo el mundo sabe que Rosalinda es la victima“.
Esa debería ser una buena noticia y podría hacerlos sentir más tranquilos.
Sin embargo, aunque eran buenas noticias, no parecian felices porque las luces de la sala de reanimación seguían encendidas después de casi dos horas y Rosalinda aún no había salido.
No sabian la gravedad de la lesión de Rosalinda. ¿Cómo podrían estar felices?
Leonardo preguntó: “Lucia dijo quién la instruyó?“,
Leonardo sabía desde hacía mucho tiempo que Lucia fue instruida por alguien, por lo que le importaba mucho quién era el instructor.
Tomás respondió: “Es sólo una papa pequeña que le envia mensajes a Lucia. Él no es la persona que planeó todo eso, pero ya tengo pistas, no tardaré en encontrar al verdadero manipulador“.
Tomás les contó todo lo que sabia sólo para que se sintieran tranquilos.
Leonardo dijo: “Entonces sigue investigando….
Mientras no encontraran al manipulador, Leonardo no podría estar tranquilo. Incluso sospechó que quien instruyó a Lucia era quien envió a alguien a secuestrar a Rosalinda.
Leonardo le contó a Tomás lo que pensaba y le pidió que investigara juntos los dos incidentes. Quizás podria conseguir pistas especiales.
Tomás dijo: “Ya veo. Yo me encargo. Tu debes cuidar de Rosalinda. Y… En cuanto a Lucia, ¿Qué quieres hacer?”.
Aunque Lucia fue instruida, si lastimó a Rosalinda. Leonardo tuvo que tomar una decisión sobre que hacer con ella.
Leonardo dijo: “No vale la pena perdonar a una persona tan codiciosa y tonta. Exponga todo lo que hizo. Ya que se atrevio a perjudicar a Rosalinda y hacerla sufrir tantos agravios y abusos, también quiero que ella y su familia sientan esa sensación. Nosotros también vamos a tomar la vía legal para llevar a Lucia a la cárcel y dejar que nuestros conocidos de alli le den una buena lección“.
Al escuchar a Leonardo, Tomás supo claramente a qué se enfrentaria Lucía a continuación. No era algo bueno.
Aunque Lucía era sólo una mujer pobre, Tomás no sintió que eso era incorrecto y mucho menos tenia intención de compadecerla.
Todos deberían pagar por sus malas acciones y Lucía debería soportar todas las consecuencias de sus actos.
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Como Lucia pudo incriminar a Rosalinda por dinero, también debería pagar por su comportamiento.
Poco después de que Tomás se fuera, Rosalinda aún no había salido. Leonardo le sugirió a Damián para que enviara a los dos niños de regreso a la villa Juárez primero, pero Ivana y Carlos se negaron.
“No volveremos. ¡Esperaremos a que ella salga!“.
Ivana lloró mientras se frotaba los ojos hinchados.
“¿Por qué deberíamos irnos? Eres tú quien debería irse. No eres bienvenido aquí, y Rosalinda no te necesita aquí. Nunca la proteges bien. Se lastimará cada vez que sale contigo. Eres tú quien debería irse“.
Los ojos de Carlos estaban rojos y sus palabras llenas de ira y culpa.
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