El Juego de los Exes Capítulo 69
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Capítulo 692
Al escuchar que Gabriela planeaba ir al Bar Galeria del Cielo esa noche y alquilar la casa de Sandra, Mencía mostró una expresión satisfecha en su
rostro.
“Sandra, tienes toda la razón al estar en guardia Sergio ya está locamente enamorado de ella, y Selena Torre ha caido en desgracia gracias a ella Ahora ella está tentando a todos ¿Quién sabe si tu novio será el próximo? Vamos a encargarnos de ella esta noche, asi no podrá levantar la cabeza nuevamente”
Gabriela aun no sabía del plan de aquellas damas de alta sociedad Habia acordado encontrarse a lap siete de la noche, por lo que salió a esa hora, planeando ir a la sala privada y esperar
Y en ese momento, las damas de la alta sociedad también estaban listas para salir
Mencia era la más emocionada de todas
Fausto frunció el ceño al ver su entusiasmo y dejó a un lado el periódico que estaba leyendo
“A donde vas?”
Se suponia que todos cenarian juntos esa noche, pero en ese momento estaba claro que Mencia planeaba salir antes y no cenar
“Hermano tengo algo que hacer afuera
“No estés persiguiendo a Sergio siempre”
“Entendido
Mencia subió al auto, mirando la lata de unguento en su mano y una sonrisa se dibujo en su rostro.
Era un unguento que habia mandado a preparar especialmente. Si lo aplicaba en la cara, de inmediato aparecerian granitos por toda el rostro que no se quitarian en un mes
Y si no se cuidaba bien, marcas de cicatrices quedarian en la cara, destrozando su bello rostro
Una vez que Penny perdiera esa piel, seguramente Sergio se alejaría.
Despues de todo. Sergio siempre habia estado interesado en las mujeres hermosas.
Mencia sonrio y se encontró con las demás afuera del Bar Galeria del Cielo, todos estaban llenos de emoción.
Las más emocionadas eran Mencia y Sandra, que estaban a la cabeza.
“Una vez que entremos, no le decimos nada. Simplemente la agarramos de la cara y empezamos a golpearla. Cuando estemos satisfechas, aplicamos este unguento en su cara”
Aquellas damas de la alta sociedad, aunque eran maliciosas en sus pensamientos, no eran tan malas como Selena y las demás.
Al menos ellas no pensaban en arruinar la cara de Gabriela con ácido sulfúrico.
No podrían llevar a cabo algo tan sangriento
Gabriela esperaba en el salón privado 1001, practicando una y otra vez lo que diria.
Media hora después, vio a Mencia y a Sandra entrar, seguidas de otras cuatro o cinco damas de la alta sociedad.
Gabriela arqueo una ceja, sabiendo que no venian con buenas intenciones.
Mencia resoplo: “Agarrala, cada una le daremos diez bofetadas!”
Entonces Sandra y las demás se adelantaron
Gabriela no se iba a quedar sentada esperando el golpe, por lo que se levantó de inmediato
“Sra Mena, ¿no es suficiente con perseguirme todo el tiempo?”
“Eres una descarada! ¡Todo es por tu causa que Sergio se siente atraido! Si no fuera por ti. Sergio ya estaria conmigo. Ahora voy a arruinas turcara además, te arrodillaras y te disculparas, incluso tendrás que ladrar como un pertol
Al mencionar el ladrido de un perro, las demás se rieron, disfrutando del espectáculo de Gabriela
La expresión de Gabriela se volvio seria, viendo a las dos frente a ella listas para atacar no dudo y agarra su bolso y lo lanzó hacia la cabeza de Sandira. Sandra siempre había sido mimada, nunca habia sido tratada de esa manera. Todo en su cabeza zumbaba y le dolia tanto que queria llorar
Al ver a Gabriela actuar con tal descaro, las demás se sonrojaron a causa de la ira
“Eres una malvada! ¿Quién te dio permiso para andar seduciendo a los hombres? ¡Seguro que seguiras seduciendo a nuestros novios! ¡Vamos a derrotarte
Gabriela habia crecido en un ambiente dificil y sabía cómo usar armas de fuego, por lo que levantó su bolso y le dio una fuerte patada en el estómago ese grupo de mujeres
Pero eran demasiadas, siete en total
Se lanzaron todas a la vez
Gabriela agarró a Mencia, que estaba a su lado, la empujó contra la mesa de café, agarró una botella de vino y la rompió en la mesa.
La botella aún estaba medio llena en su mano, y ella la apuntó directamente a los ojos de Mencia.
¡Los demás inmediatamente se cubrieron los ojos y empezaron a chillar!
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¡Ah!”
Mencía se encogió, incapaz de reaccionar a tiempo.
El afilado fragmento se detuvo a solo unos centimetros de sus ojos.
Incluso podia sentir el frio en sus pestañas
Las otras chicas seguian chillando aterrorizadas, Gabriela gritó friamente: “Callense todas!
Las sels se callaron al instante, temblando mientras bajaban las manos de sus ojos.
Gabriela retiró la botella en su mano y la apretó con fuerza
Mencia, por su parte, se encogió sobre la mesa de cafe
Sandra quería ayudarla a levantarse, pero vio un charco de liquido debajo de los pantalones de Mencia
“Mencia, tu
El cerebro de Mencia estaba en completo desorden, ella misma no sabía lo que había pasado.
Pero todas las demás lo habían visto, Mencia se había orinado del miedo