Capítulo 634
De repente, Gabriela dejó de hablar, sintiendo como si su corazón fuera apretado por una fuerza invisible.
Sebastian comenzó a caminar hacia el hotel, y ella no tuvo más opción que seguirlo de cerca.
Cuando él se detuvo, ella chocó contra su espalda
Para evitar molestarlo, retrocedió rápidamente, poniendo cierta distancia entre ellos.
Cuando regresaron a su habitación, ella le ofreció un analgésico
“Sr. Sagel, este es un analgésico
Sin embargo, Sebastian vio la sangre en el analgésico, frunció la ceja y no lo tomo, luego dijo con frialdad “Primero debes cuidar la herida de tu mano”
Después de decir eso, se fue directamente a la habitación a dormir
Gabriela fue al sofá en la sala de estar, abrió el botiquín y comenzó a tratar la herida de su mano
El analgésico que acababa de comprar estaba en la mesa
Después de desinfectar y aplicar el medicamento, Gabriela se inclino hacia un lado, por alguna razón, de repente sintió mucho sueño y se quedó
dormida de inmediato.
Sin embargo, ella no sabia que tendría un sueño, soñando que Sebastian estaba peleando.
Sus puños golpearon con fuerza la carne, sus movimientos eran bruscos.
Ella quiso detenerlo pero el friamente dijo. “Nadie me ha controlado desde que era niño, ¿quién te crees que eres?”
Gabriela despertó al instante, solo para sentir que su frente estaba cubierta de sudor y su corazón latia con intensamente.
No podia volver a dormir
Recordando la noche en que Sebastian le confesó sus sentimientos, se sintió ridicula. ¿Quién obliga a alguien a aceptar sus sentimientos y luego confiesa de repente? Tal persona parece un loco.
Sin embargo, al pensar más en ello, Sebastian nunca habla experimentado lo que era gustar de alguien, lo que era ser bueno con alguien, ¿qué podria entender?
Lo que aprendio de esos hombres rudos en el ejército es lo que el dijo, si te gusta, ve por ello
Era una frase demasiado grosera para él, pero el verdadero Sebastián puede ser exactamente como se mostró esa noche
Creció como un lobo salvaje, obligado a disfrazarse de humano debido a las responsabilidades familiares.
Gabriela se daba la vuelta en el sofá, sintiéndose un poco amargada por alguna razón.
Quizas es que las mujeres siempre se conmueven facilmente.
Cerro los ojos y se forzo a dormir de nuevo
A las cinco de la mañana se despertó puntual, primero se lavo, luego arregló los documentos que necesitaba Sebastián y entró a la habitación para
llamarlo a las seis
Todavia estaba profundamente dormido, debido a su herida, había perdido mucha sangre. Aunque ya habia pasado medio mes, su fuerza aun no se habra recuperado, y su rostro estaba muy pálido.
“Sr Sagel, es hora de despertar”
Las pestañas de Sebastian temblaron ligeramente, pero no respondió
Gabriela instintivamente quiso presionar el reloj despertador al lado, pero en ese momento él abrió los ojos, con una expresión fria.
No te dije que no entraras a mi habitación?”
“Es hora de despertar
Se levanto, vio que ella no se habia ido, y su expresión se endureció, “No te vas?”
Pero la mirada de Gabriela cayó en una cierta parte de su cuerpo, que debido a una reacción fisica, parecia muy llena.
Es algo que todos los hombres experimentan por la mañana
Cuando Sebastian vio a donde miraba, se levanto de inmediato, la giro para que quedara de frente a la sala, agarró su cuello con fuerza, y la sacó de la habitación como si estuviera llevando un pollo
Bang
La puerta se cerró con fuerza
Gabriela miraba la puerta cerrada, su rostro estaba caliente y rojo, parecia estar atontada
Involuntariamente se tapo la cara, pero la puerta de repente se abrió, y Sebastian ya estaba vestido y listo
Con una cara fria, pasó junto a ella y se fue a lavar
Despues de lavarse, se dirigió al exterior
Gabriela rápidamente tomó los documentos en su mano y lo siguió de cerca
Cuando llegaron a Corporación Sagel, ya habia varias personas esperando alli
Juan, Noelia y Jaime Orozco estaban alli.
Estos tres se preocupaban y preguntaban por la situación de Sebastián, pero la cara de Sebastián siempre estaba fría, como si estuviera mirando a un
extraño.
Después de que Juan y Noelia se fueron, Jaime agarró el brazo de Sebastián y comenzó a llorar a gritos.
“¿Cómo pudiste olvidarme, eh? Crecimos juntos cuando éramos niños! Primo Sebas, tienes que recordarme!”
Después de decir eso, Jaime miraba a Gabriela y le preguntó Y tú, Penny, también te olvidó?”
Gabriela asintió con la cabeza y Jalme de repente comenzó a gritar de nuevo.
Está bien si te olvidaste de mi, pero ¿por qué te olvidaste de Penny? Te vi abrazarla y besarla la última vez en la oficina. La besaste apasionadamente
Sebastián estaba tomando agua en ese momento, al escuchar eso se atragantó y comenzó a loser.
Habia una chispa de sorpresa en sus ojos, como si no pudiera creerlo, seguido de vergüenza.
*¿Qué dijiste?“”
Jaime vio que Sebastián realmente se habia olvidado y se apresuró a añadir.
“De verdad que te has olvidado por completo. La última vez, cuando entré, tenias a Penny en el escritorio, besándola con mucha pasión.”
“¡Veter
Sebastian ya no podia escuchar más, solo sentia que su corazón latia con fuerza.