Capítulo 596
Sintió que él estaba a punto de meterle el anillo en su dedo y ella se asustó tanto que cerró el puño
Sebastian frunció el ceño, olvidó por completo mantener la suavidad, y trató de forzarle el anillo en un dedo que él mismo había abierto.
Gabriela soltó bruscamente su mano, el anillo voló por los aires y cayó en algún lugar desconocido. Ella no dijo nada.
Sebastian tampoco dijo nada
Pasaron tres minutos antes de que ella finalmente relajara los hombros
“Señor Sagel, creo que has bebido demasiado”
Los ojos de Sebastian se pusieron rojos y el la besó sin pensar
Gabriela no dudo en empujarlo, e incluso le dio una bofetada.
Despejo su borrachera al instante, escuchandola decir Realmente no estoy interesada en ser la amante de nadie”
Toco su mejilla, no recordaba cuantas veces ella le habia golpeado ya, pero se sentia ofendido y enfadado.
“¿Te gusta sufrir? ¿Por que tienes que vivir de forma precaria con ese tipo de hombre?”
Gabriela llevaba su ropa en la mano, sintiendo que era imposible comunicarse con él. Siempre habia tenido una vida fácil, creció libremente en el extranjero, haciendo lo que queria sin nadie que lo controlara.
Pensandolo bien, en su familia, Chus y Juan no tenian sentimientos el uno por el otro, no aprendió nada sobre el amor de sus padres. Las relaciones de sus abuelos también eran distantes.
Y Sebastian tenía un hermano mayor que era el favorito de todos, la gente de su casa siempre prefería a su hermano, por lo que recibía menos atención
La familia Sagel era muy rica y poderosa, lo que le permitia hacer todo tipo de locuras. Cuando no sentia ningún afecto de su familia, simplemente se unió al ejército, donde podia liberar toda su brutalidad y locura. Antes de que Sebastian se convirtiera en el heredero, todos decian que era un lobo salvaje, feroz y despiadado.
Despues de que Zack murió, casi tuvo que disfrazarse de una persona elegante y culta para tratar con la gente en el mundo de los negocios. Pero su esencia nunca cambio, siempre fue ese lobo salvaje que no sabia lo que eran los sentimientos de los demás ni de él mismo.
“Serior Sagel, con quien quiero estar es mi decisión”
Ella abrio la puerta de al lado, todavia sintiendo el dolor de los dos dias de tortura que habia sufrido. Solo una loca se enamoraria de él.
Estaba a punto de liberarse, y eso era maravilloso, estaba jubilosa por dentro.
Sebastian la abrazo por detras “Penny”
Apoyo la barbilla en su hombro, su tono se suavizó mucho.
“No quiero que seas mi amante, ¿qué tal si yo soy el tuyo?“. Lo penso un poco y añadió
“No importa si no te divorcias, te dare dinero de todas formas, me gustas“.
Cuando escucho la última frase, Gabriela no se sintió feliz, sino asustada. Luché desesperadamente para soltarse.
Sebastian retrocedió varios pasos por su lucha.
“No me gustas, señor Sagel, has bebido demasiado esta noche, ya casi amanece, deberías descansar Dicho eso, casi salio huyendo.
Sebastian se quedó en la habitación, sintiendo que toda su borrachera habia desaparecido con su salida, su rostro se oscureció, sintiendo que el silencio de la habitación era como una bofetada en la cara. Fue la primera vez que experimentó una sensacion de verguenza y dolor.
Realmente no entendia, que habia de malo en su venganza contra ella esos dos dias? Se habia contenido. Casi perdió su vida.
¿Que tan valiosa era su vida, acaso dos dias de tortura eran suficientes para compensarla?
Sebastian no salió a buscarla, ni encendió las luces. Tenia miedo de que, si encendia la luz, su vergüenza llenaria la habitación.
Volvió a la cama y se acosto
La almohada todavia olla a ella, respirarla era como fumar, le despejaba la mejde
¿Por qué sentia que el consejo de Fabio no habia funcionado?
Frunció el cefio, abrazo la almohada y se durmió
Y Gabriela, en ese momento, se estaba vistiendo, ni se atrevia a quedarse en el mismo lugar que él. Regresó a Chalet Monte Verde en medio de la noche, tan asustada por Sebastian que no se atrevia a quedarse alli
Si Sebastian supiera que ella está evitandolo como si fuera la peste, probablemente se enfadaria de nuevo
Gabriela regreso a Chalet Monte Verde, ni siquiera se atrevia a recordar lo que el acababa de decir Lo tomó como una broma.
Sebastian ni siquiera podia aprender a ser respetuoso, ¿cómo podria saber qué era el amor?
Lo dijo el mismo, solo porque le resultaba agradable, eso era todo El hecho de que tuviera la desfachate de decir que le gustaba, era un insulto a esa palabra
Gabriela se sintió enfadada, volvió a su habitación, y sacó esa carta preciada, todavia con las marcas de lágrimas ( significa gustar, amar.
Lo que Sebastián llamaba amor, realmente no contaba para nada