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Capítulo 437
Gabriela acababa de pasar dos horas arrodillada, casi sufrió un golpe de calor, ahora solo sentia mareos y no pudo conducir más, tuvo que tomarse un respiro ahí.
Además, sentia nauseas repentinas
Bajo la vista a sus rodillas y sin poder resistirse, se subió los pantalones.
Bajo la fina tela, sus rodillas estaban rojas e hinchadas, incluso se le peló la piel, le dolió tanto que frunce el ceño
El cuadro que le regaló el Maestro Smith lo dejó en el coche, al pensar que ya estaba roto en dos, bajó la cabeza y miró fijamente la herida de su rodilla.
En el coche
Alvaro también vio a Gabriela, el coche ya estaba listo para irse, asi que no pudo resistirse y le recordó
“Sr. Sagel, parece que es la Srta. Penny”
Sebastian finalmente no pudo resistirse, le pidió a Álvaro que parara el coche, cogió una botella de agua, un paraguas y se bajó
Gabriela estaba sentada en un lugar sombreado, justo debajo de un árbol, pero hacia mucho calor, si se queda sentada asi, fácilmente podria sufrir un golpe de calor
Sebastian se acercó y le dio una botella de agua.
Con su aguda visión, descubrió la herida en su rodilla y frunció el ceño.
Pero Gabriela, al ver la botella de agua que apareció cerca de ella, levantó la mirada, vio a Sebastián y por un momento no extendió la mano para cogerla Sebastian pretendió retirarla, pero en ese momento ella cogió el agua y dijo en voz baja, “Gracias.”
El sostuvo el paraguas, el mango era de plata, lo que lo hacia parecer aun más elegante.
Después de un rato, se propuso a agarrar la mano con la que ella sostuvo el agua y la levantó
Gabriela, completamente desprevenida, se lanzó a sus brazos, y el aroma de él se impregnó en ella.
“El otro dia parecias muy enérgica insultandome, ¿por que ahora pareces tan desanimada?”
La dijo de forma sarcastica
Gabriela sabia que recordaria lo de ese día, así que se disculpó rápidamente, Sr. Sagel, es mi culpa.”
¿Que pasó con tu rodilia“”
“Me cal”
Sebastian sospecho un poco, a simple vista no parecia que se habia caído, parecia que se le ha quemado la piel.
Le pasó el paraguas
Gabriela, medio dormida, lo cogió, y un segundo después, el la levantó y la llevó a su coche.
Antes de entrar en el coche, Gabriela ya había guardado el paraguas.
Se sento junto a Sebastian, mientras Alvaro, en el asiento delantero, bajó la visera y pisó el acelerador con tacto.
Gabriela se contacto discretamente con el conductor de Chalet Monte Verde para que venga a llevar el coche de vuelta a Jardin de las Rosas.
De repente, se quedo petrificada.
Porque Sebastian ya habia empezado a subirle lentamente el otro pie del pantalon, revelando la otra rodilla herida
Las dos rodillas estan peladas y las heridas estaban sangrando.
Este tipo de heridas solian ser las más dolorosas, un ligero roce podia causar dolor
Fruncio el ceño y luego vio que Sebastian seguia subiendo el pantalón hasta el muslo
Las dos piernas estaban al descubierto
Inexplicablemente, se sentia incomoda
Gabriela no pudo resistirse a moverse atrás, solo sentia que el calor en su cuerpo aumenta
La ropa de Sebastián no tenia una sola arruga, realizó la tarea con calma
Sus piernas eran muy bonitas, sin un gramo de grasa extra su piel suave hacia que las heridas parezcan aún más aterradoras.
Cuando el coche se detuvo frente al hotel, Gabriela no tuvo ninguna oportunidad de rechazarlo y fue llevada en el ascensor privado hasta ( habitación.
En su habitación, la dejó en el sofá y luego fue a buscar el botiquin
Es entonces cuando Gabriela se dio cuenta de que Sebastián también tenia un lado tierno
“Aguanta, puede que duela un poco”
Cogió el alcohol para desinfectar y dijo una frase
Gabriela asintió, viendo como el alcohol salia disparado
Sebastian penso que temblaria un poco, pero ella simplemente baja las pestañas en silencio, como si no sintiera el dolor
Sifuera Selena, le llamaría al menos veinte veces al día para que se quedara a su lado.
Se sintió un poco incómodo.
Una mujer que aguanta el dolor, eso no era algo bueno.
A menos que hacía mucho tiempo que comprendió que el dolor no resuelve ningún problema.
Él exprimió un poco de unguento y lo aplicó.
“No uses pantalones largos en los próximos dias.”
Gabriela asintió, apoyada en el sofá, comenzó a tener sueño.
Sebastián notó que su temperatura era muy alta, asi que buscé una pastilla en el botiquin para bajar la fiebre.
En ese momento, Ruth volvió a llamar
“Sebas, ¿dónde estás?”
Sebastian frunció el ceño, preparando agua caliente mientras respondia
“Hoy estoy un poco ocupado, abuelita Ruth, te visitare otro dia.”
“No te involucres con esa Gabriela, ese tipo de personas no son para ti.”
“Has conocido a Gabriela?”
Ruth se quedo sin palabras por un momento, por supuesto, no podía dejar que Sebas supiera que habia molestado a Gabriela y la había hecho arrodillarse durante dos horas
“La conocí una vez, su comportamiento no es de alguien de una familia noble, solo veo cálculos en sus ojos, y sus métodos son torpes.”