Capítulo 241
Leo claramente no podía creer lo que estaba pasando. Olivia se burlaba mientras reia de manera sarcástica
“¿Olvidas lo que sucedió? La primera noche que regresaste a casa, estabas borracho y tuvimos relaciones. Si estoy embarazada de un niño, tu familia sufrirá grandes pérdidas“, dijo Olivia con desden
Leo si recordaba esa
ahora estaba muy indeciso.
Si se divorciaba de
probablemente nunca encontraría otra esposa, y mucho menos alguien dispuesto a tener hijos con él. Quizás nunca tendría hijos
Ahora Olivia estaba embarazada, tenia un hijo, al menos podia consolar a sus padres,
Gabriela, viendo que los tres estaban indecisos, estaba muy enfadada.
“¿Están seguros de que quieren que se quede?”
Para ser honesto, Olivia ya había sido descubierta por Leo con un amante, quien sabe de quién es el hijo que lleva en su vientre
Aunque Leo tampoco era un santo, ahora que la casa estaba a punto de ser demolida nun tenia cincuenta mil dólares En el futuro, Manuel, Susana y Leo podrian vivir comodamente Pero si Olivia hacia un escándalo en casa, ese dinero podria desperdiciarse
Susana y Manuel no se atrevieron a mirar a Gabriela, Gabriela sabía cual era su elección
Olivia comenzó a insultar a Gabnela. “Olvidas por qué este inútil de hombre quiere divorciarse de mi? Es culpa tuya, estás avivando la discordia, eres una per Resuelve tus problemas familiares antes de meterte en los nuestros Fueral No eres bienvenida aquí”
Olivia tomó un vaso de agua y lo arrojó hacia Gabriela, quien no estaba preparada y terminó empapada
Manuel y Susana no se atrevieron a mirarla, y Leo permaneció en silencio.
Gabnela no se enfadó, simplemente tomó su bolso y dijo tranquilamente. “Disculpen a molestia”
Despues de todo, eran una familia. Hizo tanto y no recibió ningún agradecimiento, se sentia muy herida.
Susana también sabia que habían sido demasiado, queria ir tras Gabriela, pero fue intimidada por las amenazas de Olivia.
“Si alguno de ustedes sigue a esa zorra, abortaré esta noche“.
Esta amenaza fue muy efectiva, todos se quedaron.
Gabriela salió del callejón sola, con los ojos hinchados y apretando firmemente su bolso
No podia expresar su desesperación, sintiéndose como si fuera un alma sin rumbo.
Compró un ramo de flores, en lugar de regresar al hotel para descansar, se dirigió a la tumba de su madre.
El cementerio estaba a dos horas de distancia, Gabriela viajó alli sola, guiada por la luz de su teléfono móvil, subiendo con cuidado.
Al llegar a la tumba, pareció encontrar algún consuelo, bajo la cabeza y dejó las flores en la tumba.
Llovia afuera y ella tenia fro.
ay
Pero tal vez porque su corazón ya estaba frio, no se dio cuenta durante todo el viaje
De hecho, ya no recordaba cuánto tiempo había pasado desde que su madre murió, solo que después de que Lorena se casó con su padre, ella fue la única que visitó la tumba de su madre cada año.
Gabriela rara vez lloraba, ahora su abrigo estaba empapado por la lluvia y sus labios temblaban de frio.
“Mama, estoy realmente confundida No entiendo por que siempre termino arruinando las cosas Siento que siempre soy la abandonada.”
“Si tú todavia estuvieras aqui, nadie diría que soy una niña sin amor maternal” “Mama, realmente te extraño…
Gabriela se arrodillo ante la tumba, llorando en silencio mientras decía esto
La ultima vez que visitó la tumba, Manuel estaba con ella y no pudo decir mucho. Esta vez, ella era como una niña frágil, herida, solo podia confiar en la persona que extrañaba
El viento en el bosque era fuerte y la lluvia cala aun más fuerte.
Gabriela se puso de pie y se secó la cara con la mano.
“Mamá, hay muchas cosas que tengo que resolver en la Ciudad de San José Vendre la próxima vez”
Coloco nuevamente las flores en su lugar, se envolvió en su empapado abrigo y bajo la montaña
Pero cuando se subió al auto, se dio cuenta de que no podia arrancarlo, no podia volver ahora
Probablemente su madre queria que se quedara un poco más.
-Gabnela se acurruco, encontró un lugar cómodo y se quedó dormida
En Barro Torrejón
Sebastian ya se habia cepillado los dientes, vestido con su pijama holgada, tratando los ultimos papeles
Isabel no paraba de tocar la puerta desde afuera
Frunció el ceño ligeramente al escucharla decir ‘Sebastian, siento que no estas de buen humor esta noche, ¿quieres que te acompañe a despejarte un poco?”
Sebastián dejó los documentoc, se acercó a la puerta y la abrió
Isabel, sonnendo, le aganó del brazo y le preguntó, “Realmente te sientes mal?”
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