Capítulo 214
“Gabriela, sube al coche, cariño, no entiendo por qué te quedas ahi”
Ella no queria discutir con él, era una pérdida de tiempo.
Se levantó y se metió en el auto, Simón se disculpó de inmediato.
“Admito que lo de anoche fue mi culpa, no pensé que Carlos haría algo así.”
Gabriela mostró una leve sonnsa, “Solo eso? ¿No necesitas disculparte por lo que dijo Lorena?”
La cara de Simón mostró una expresión incómoda.
“Lorena acaba de desmayarse, el doctor dice que está demasiado ansiosa, se que no te llevas bien con ella, si le pido que se disculpe contigo, solo la pondrá más
ansiosa
Gabriela cerro los ojos, sin decir nada
Simón sabia que lo que había hecho Lorena era demasiado, asi que sacó una tarjeta bancaria de su bolso.
“Esta tarjeta tiene un millón de dólares, úsalos como quieras, no ahorres para la casa
Gabriela no lo tomo, como si no lo hubiera escuchado.
Simon se sintió un poco incomodo, ya se habia disculpado, ¿qué más queria?
¿Esperaba que Lorena también se disculpara?
“Gabriela, a veces eres demasiado terca”
Su hija abno los ojos en ese momento y miró por la ventana.
“Para el coche, acabo de recordar que mi coche está afuera, tengo que llevarlo de vuelta, mañana tengo que ir a Ciudad Santa Cruz.”
“¿Y que vas a hacer en Ciudad Santa Cruz? ¿Vas a buscar a tu tio? ¿No te dije que te mantuvieras alejada de ellos?”
Simon, temblando de ira, guardo la tarjeta bancana de nuevo,
“Siempre te opones a mi, parece que no quieres el dinero.”
Elcoche se habia detenido, ella abrió la puerta del
“Gabriela
ches
sin decir una palabra y la cerró después de bajarse.
Simon grito, tosiendo unas cuantas veces
Al oir su tos, Gabriela se detuvo, pero su tono se
al final.
“Voy a trabajar Papa, cuidate.”
Con eso, se dirigió hacia su coche con pasos largos
Estaba agotada.
Apenas pudo conducir de vuelta a Jardin de las Rosas, pero su rostro se oscureció al ver la basura acumulada en la entrada y la tinta derramada en la puerta
Definitivamente fue orquestado por esa mujer, su objetivo era hacerla revelar la ubicación de Leo Orozco.
No podia creer que incluso despues de ir la comisaria no la dejara en paz.
Ese tipo de gente era la más aterradora, porque a pesar de no romper ninguna ley, eran moralmente inaceptables
Pero para una mujer que traicionó a su mando y sedujo a hombres casados, no habla moral de la que hablar
Tenia que evitar a esa mujer lo más posible.
Gabriela no pudo soportarlo y decidió vender la casa en linea.
Blanca Collado y esa mujer le causaban estrés. Si continuaba viviendo aqui, nunca tendria paz.
Pero vender la casa llevaría tiempo, así que a regañadientes regresó a Chalet Monte Verde.
Durmio hasta las siete de la noche cuando Maria llamó a su puerta
‘Srta de La Rosa, es hora de cenar”
Gabriela estaba bastante hambrienta, apenas abrió la puerta, escuchó voces provenientes del salón
Los ojos de Maria se iluminaron y una sonrisa se formó en su rostro
‘Debe ser el Sr Sagel
Apenas termino de hablar, no solo se escuchó la voz de Sebastián desde abajo, sino también la del Abuelo Sagel
La voz de Sebastián era fria, sin emoción
“¿Por qué viniste aqui?”
Ella se sintió un poco incómoda y volvió a su habitación
“Maria, diles que tengo fiebre, es grave, no bajaré a cenar esta noche
“Pero…”
Antes de que pudiera terminar, la puerta se cerró frente a ella
Allá abajo, el abuelo Sagel se apoyaba en su bastón, viendo a Sebastián con gran descontento.
“¿Por qué crees que estoy aquí? Vine a ver cómo te llevas con Gabi. ¿Eres un buen esposo? ¡Dejaste que alguien más la maltratara! ¿Acaso seguirias
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engañandome si no hubiera venido a comprobarlo yo mismo?”
La cara de Sebastián se puso lensa y–mostraba cierta impaciencia.
Cuando Sagel vio a Mana bajando las escaleras, pregunto, “¿Dónde está Gabi?”
“La Srta de La Rosa no se siente bien, está descansando en la cama.”
El abuelo miró a Sebastián con dureza, “Sube las escaleras conmigo!”