solo queria desaparecer de la vergüenza.
Capitulo 170
“Podria dejar de meterte en asuntos ajenos? Son mis padres, no los tuyos, y arregle sus propios asuntos primero, no me molestes más, me voy.”
“Vete, ya llamé a la policia. Si te vas, esa mujer será detenida.”
Los pasos de Leo se detuvieron y su rostro se contorsionó.
Gabriela estaba decidida. “Voy a enviar a alguien para que te lleve de vuelta y notificaré a tu familia para que te recojan.”
“Tul
La voz de Leo se suavizó
“¿Podrías dejar de entrometerte en mis asuntos? Prefiero morirme de hambre en la calle que volver a esa casa.”
La ventanilla del coche de Sebastián estaba abierta. La última vez que Gabriela y este hombre tuvieron una discusión, él estaba alli.
Pero el acento de Leo era demasiado fuerte, Sebastián apenas entendió lo que decía y realmente no le interesaban los asuntos familiares de Leo.
Pero no ordenó al conductor que se fuera, porque aun no se habia recuperado completamente del susto
Gabriela sabia que Sebastián seguia alli No queria perder la compostura delante de el otra vez, asi que hizo una llamada.
Poco después, un coche se detuvo alli Dos corpulentos guardaespaldas bajaron y agarraron a Leo como si fuera un pollito, atándolo de pies y manos.
Leo no esperaba que Gabriela hiciera algo asi. Quería resistirse, pero cuando vio los musculos de los guardaespaldas, se asustó y se quedó sin voz
Era un cobarde sin coraje
Gabriela luego hizo otra llamada, esta vez a los padres de Leo, diciéndoles que hablan encontrado a Leo y que deberían estar listos para recogerlo. Alguien lo
llevaria de vuelta pronto
Manuel Orozcoy Susana Orozco estaban un poco incrédulos. Sentian que debían mucho a Gabriela, asi que Susana volvió a mencionar a ese funcionario de
antes
“Gabi, ya lo avengué El muchacho es muy guapo, no tiene malos hábitos ¿Cuándo podrás venir a conocerlo?”
Gabriela se frotó las sienes y casualmente hizo contacto visual con Sebastián.
Su perfil era afilado y atractivo La débil luz del techo del coche brillaba en sus ojos. Quizás era el viento de la noche, pero a pesar de la voz de Susana en su aldo, ella no la escuchaba En cambio, se encontró de nuevo admirando las perfectas lineas del rostro de Sebastián, lo que la hacia querer dibujarlo.
Desde el cabello hasta las puntas de los dedos, parecia como si Dios los hubiera tallado cuidadosamente. Para alguien que dibuja, era el modelo perfecto.
Gabriela rechazó a Susana, fingiendo que aún estaba en llamada, y lo puso en su regazo
“Tengo que colgar ahora
En realidad, la llamada se habia cortado hace unos segundos Sacó su cámara y tomó una foto de Sebastián en su pose actual.
Cuando el flash se encendió y el sonido de la foto la reveló, Gabriela sintió que el mundo se quedaba en silencio.
Tan silencioso que deseaba poder encontrar un agujero en el que meterse
Sebastián levantó una ceja y la miro.
La punta de sus dedos, apoyada en el marco de la ventana, golpeó ligeramente. Su muñeca estaba tensa, dando una sensación fluida y elegante.
No dijo nada y el ambiente frio duro un rato, pero había una leve sonrisa en sus ojos.
Gabriela sintió que sus mejillas se calentaban y tuvo que desviar la conversación
“Sr. Sagel, no voy a molestarte más. Lo siento mucho por lo que pasó antes. Te invitaré a cenar algún día.”
Dicho esto, prácticamente huyó a su coche, pisó el acelerador y desearía poder irse de inmediato.
Cada vez que se encuentra con Sebastián, siempre ocurre algo que la deja sin palabras!
Condujo el coche a su nueva casa, un complejo llamado Jardin de las Rosas. Debido al nombre romántico, la gente bromeaba diciendo que era un lugar para los
amantes ricos
Apenas salió del ascensor, escuchó voces familiares. Jaime y su nueva novia estaban besándose en la puerta.
Gabriela sospechaba que su suerte no era buena ese día. Retroceder al ascensor parecia inapropiado, pero ignorarlos y entrar también era incómodo.
Pero, por suerte, Jaime estaba muy alerta, y en cuanto notó que alguien se acercaba, soltó a Blanca de inmediato
“Chiquita, ya me voy, hasta mañana”
La cara de Blanca se puso roja como una flor, pareciendo algo reacia a que Jaime ya se iba
Solo cuándo Jaime se fue, Blanca saludó a Gabriela, frotándose las mejillas sonrojadas.
“¿Penny, estás libre esta noche? No estoy de ánimos, ¿podemos charlar un rato?”
Gabriela no era muy sociable, además de que no conocía bien a Blanca
Y después de haber pasado por la situación vergonzosa de su familia y de su foto, solo queria estar sola para calmarse y pensar en cómo deberia actuar la próxima vez que vea a Sebastián.
Estaba a punto de rechazarla, pero las siguientes palabras de Blanca la dejaron sin respuesta
“Jaime dijo que eres su amiga, que eres muy talentosa y capaz, me pidió que aprendiera de ti.”
Este montón de elogios hizo que Gabriela no pudiera rechazarla.