Capitulo 131
Capítulo 131
Sebastián llevaba una venda en la mano cuando entró en el edificio de la Corporación Sagel, y se encontró con Aitana Torre.
Ya no era tan grosera como antes, Aitana simplemente lo miraba con una expresión de preocupación.
“¿Qué sucedió con tu mano, Sr. Sagel?”
Sebastián frunció el ceño y simplemente respondió “Me lastime”
No dijo más y entró a su oficina.
Aitana parecia un poco molesta, y en ese momento, una empleada de recepción se acercó, intentando entrar a la oficina.
Aitana la detuvo de inmediato.
“¿Tienes una cita? No puedes entrar aqui sin más.”
La recepcionista era muy atractiva, cualquiera que trabaje como recepcionista en la Corporación Sagel debe ser excepcionalmente
bella.
“Srta. Torre, alguien trajo un regalo para el presidente, vengo a entregarlo.”
El rostro de Aitana se oscureció aún más y arrebató el regalo sus manos.
Tranquila, yo lo entregaré, puedes volver a tu trabajo.”
Esa frase fue un tanto ofensiva, pero Aitana siempre ha sido muy arrogante en la Corporación Sagel, y nadie se atrevía a contradecirla.
Los lideres siempre saludan amablemente a la recepcionista cuando pasan por la recepción.
Solo Aitana, una empleada comun, es la que muestra siempre esa actitud arrogante.
La recepcionista se sintió ofendida, pero solo dijo una cosa.
“Es un regalo de la diseñadora del presidente, como compensación por el incidente en el hotel anoche.”
Al escuchar esto, Aitana se enfureció y preguntó incredula: “¿Qué hotel?!”
La recepcionista se sobresaltó ante el repentino aumento de volumen, pero se sintió un poco complacida al ver la ira en el rostro de
Aitana
En realidad, no conocia los detalles de la situación, pero aun asi decidió hablar. “La diseñadora del presidente derramo algo en la suite del hotel del presidente, por lo que compró estos gemelos como compensación. Ambos debieron haber estado en la misma suite
anoche.”
Lo que no sabia era que la situación que habia inventado, era la verdad.
Aitana estaba furiosa y grito: “Esa miserable mujer!”
Queria tirar los gemelos que tenía en la mano, se sentia asqueada
Pero no se atrevió a tratar asi las cosas de Sebastian, así que, se dio la vuelta y entró a la oficina del presidente muy enfurecida.
La recepcionista se no entre dientes y bajó las escaleras.
Cuando Aitana entró, volvio a poner su sonrisa
“Sr. Sagel, esto es lo que la Srta. Penny te envió, como compensación por lo sucedido en el hotel anoche.”
Hizo que sus palabras sonaran ambiguas, tratando de provocar el disgusto de Sebastian hacia Penny.
Sebastian frunció el ceño, tomó la caja de regalo y vio que contenia un par de gemelos muy bonitos, y bastante caros.
Ella tiene tantas deudas ahora, y todavia puede permitirse comprar estas cosas.
Sebastián apartó los gemelos a un lado, parecia que no le gustaban.
“Sr. Sagel, tu y ella realmente…?”
“Ahora es hora de trabajar, si no puedes entender la razón por la que vienes a esta empresa, entonces deberías presentar tu renuncia.”
Aitana estaba temblando de rabia.
Apretó los dientes, salió por la puerta y, tan pronto como la puerta se cerro, su rostro se torció.
¡Qué persona mas despreciable!
Es tan molesto!
Sebastian manejo algunos documentos durante un rato, luego echó un vistazo a sus gemelos, levantó la mano con indiferencia y los arrojó directamente al cajón de la esquina.
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THE ENCH
Justo entonces, su teléfono sonó, era un mensaje de Gabriela.
[Sr. Sagel, recibiste el regalo?
Sebastián no respondió.
Gabriela no esperaba su respuesta, apagó su teléfono y luego sirvió agua para Simón, que estaba acostado en la cama.
Simón lucia muy mal, levantó la mano y derramó el vaso de agua que Gabriela le había traido.
¿Puedes explicar por qué no fuiste al banquete de la familia Sagel? Dijiste que te bajaste del auto en medio camino, y que viste a Leo, ¿aún tienes contacto con él?!”
La última vez que Gabriela admitió por su propia cuenta que todavía tenia contacto con Manuel, Simón se sintió muy disgustado. Esta vez descubrió que Gabriela se habia perdido la celebración en La Familia Sagel por una razón tan insignificante, lo que lo enfureció tanto que su cuerpo temblaba de ira. ¿Para qué viniste a vermel? Mejor me matas de la rabia!”
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