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Capítulo 107
Sergio estaba algo inquieto, su tono se volvió más suave.
“Penny, ¿te asustaste? Espera un momento, te llevaré al hospital para que te revisen. Te ves pálida, necesitas que te compre algún medicamento?”
“Estoy bien.”
El cuidado de Sergio era tan detallado que se sintió mal rechazandolo.
Ya que habían llegado a un acuerdo, él no la molestaría en el futuro y guardaria su secreto.
Sebastián se volvió un poco frio, pero no dijo nada.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, la joven fue la primera en salir
Sebastián la siguió de cerca, pasando por Sergio sin detenerse
“Mira, estás pálida y aún dices que estás bien.” Dijo al acercarse a la muchacha.
Gabriela forzó una sonrisa, preguntándose que le habia pasado de repente.
Sebastián estaba a un lado, frunciendo el ceño, pensando que era probablemente el efecto del miedo.
Fabio le dio una palmada en el hombro a Sebastian, “Me asusté. El ascensor nunca había tenido problemas en todos estos años, ¿cómo es que se estropeó esta noche? Vamos, tomemos el otro.”
Después de decir esto, miró a la joven con la que estuvo atrapado durante un rato, “Srta. Penny, me alegra que esté bien.”
“Gracias por preocuparse, estoy bien.” Asintió cortesmente.
Entraron en otro ascensor, y Sergio empezó a hablar para animarla.
“Ya cancelé la colaboración con Carlos, puede que el vuelva a buscarte
Pero ella ya habia decidido no colaborar más con ese hombre. Si él encontraba un nuevo socio y le daba una buena razón, ella no
insistiria.
Después de todo, ella entendia las reglas de supervivencia del mas apto en el mundo de los negocios.
Pero sólo ahora veia la verdadera cara de Carlos, no sólo queria aprovechar la oportunidad en Diseño Estrella Polar CO., sino que también evitaba verla y le ocultaba la verdad.
“Si, yo tampoco voy a colaborar más con él, buscaré otras empresas para hacer negocios.”
El ascensor se detuvo en el primer piso, Gabriela tenía prisa por ir al hospital, así que no habló mucho más.
Ella asintió cortesmente a las demás personas en el ascensor, luego salió rápidamente del vestibulo, entró a su auto y desapareció.
Sergio saludó a Sebastián y también se fue.
Los únicos que quedaban eran Sebastián y Fabio. En cuanto a Fausto, había sido llamado por teléfono cuando escuchó la noticia de la
muerte de Mencia.
Fabio no pudo evitar preguntar, “Estuvieron solos en el ascensor, con poca luz, ¿no paso nada entre ustedes?”
“Realmente tienes talento para escribir guiones.” Dijo burlándose.
“Penny sabe como ocultar sus sentimientos, cuanto más le gusta alguien, más intentará esconderio. No confesará sus sentimientos hasta que no vea que tú también la quieres.”
Sebastián se detuvo, frunciendo el ceño.
Viendo su duda, Fabio empezó a usar su imaginación de guionista
“Es por eso que creo que ella es muy especial. No quiere salir lastimada, por lo que no te mostrará su vulnerabilidad hasta que no sienta que te has vuelto más tierno. Podría darte su riqueza sin dudarlo, no creo que no te quiera. Además, has sido bastante frio con ella. En la situación de antes, si hubiera sido otro hombre, ya la habria abrazado y la estaria llamando cariño. Mira a Sergio, estaba muy preocupado.”
Sebastián se dirigió a su coche, sin interés en lo que decía su compañero
Fabio pensó que no le creía y sonrió.
“¿Dices que ya está casada, has visto a su marido? Si realmente tuviera uno, no estaría cenando con Sergio. Me la juego a que se enteró de que tú venías esta noche, por eso aceptó venir con ese hombre, total, es un evento al que no todo el mundo puede entrar.”
Ni bien habia terminado de hablar, se escuchó una voz femenina a su lado.
“Sr. Sagel…
10
Las mejillas de Nerea se tomaron rojas por la tensión, y sus manos se entrelazaron nerviosamente frente a ella, sin atreverse a mirar a los ojos a Sebastián, quien frunció el ceño, sin reconocer a esa mujer.
La salud de Nerea siempre había sido delicada desde pequeña, y se le dificultaba respirar cuando se emocionaba demasiado.
“Me llamo Nerea, llevo aqui esperándote un buen rato.”
¿Una integrante de la familia de La Rosa?
“Vine específicamente para hablar contigo sobre el asunto de mi familia.”
Cuando terminó de hablar, su mirada se posó en su rostro, sus mejillas se ruborizaron por la timidez.
Sebastián levantó la mirada, la luz brillante del techo se reflejaba en sus labios, haciendo que su sonrisa emitiera un aire de indiferencia.
*