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Capítulo 155
“¿Se encuentra mal señora?“. Preguntaron primero los dos guardaespaldas a Elvira
Elvira no les contestó, sólo se concentró en abrazar y consolar a la muñeca que tenía en brazos.
Tatiana no estaba segura de que aquella mujer fuera su madre biológica, pero la había visto dos veces en sueños y le entristeció increíblemente verla tratar a la muñeca como a una bebé de verdad mientras avanzaba dos pasos para ayudarla a levantarse de
nuevo.
Elvira fue sostenida por Tatiana y la miró y esta última también la miró.
“¿Puedes comprobar si está herida? Los dos guardaespaldas tenian miedo de tocar a Elvira, porque Elvira no se los permitia. La joven que tenian delante les resultaba familiar, però no recordaban dónde la habian visto antes.
Al ver que el coche que conducian era de lujo, se dieron cuenta de que Elvira estaba en trance, y de que habian visto a Elvira casi atropellada varias veces cuando venian detrás de ella. Como consecuencia, la actitud del guardaespaldas se suavizó.
“Bebe” De repente, Elvira agarró la mano de Tatiana y la sujeto con fuerza, como ella se fuera a salir volando si la soltaba
Yago guardó silencio.
Esa mujer, ¿podría ser la de los sueños de Tati?
¿Era la propia madre de Tati?
Mirándolas bien, no se parecían en nada.
Te sangra la mano. Elvira sujetó con fuerza la mano de Tatiana y ésta tardó un momento en darse cuenta de que la piel de la mano estaba raspada, la piel estaba rota y rezumaban gotas de sangre. Tatiana se arrodillo inmediatamente para mirarse la pantorrilla. Por suerte, su pie no estaba herido. Sólo era la abrasión causada por el roce de ambas manos al caer al suelo
“¡Ah! Me duele.” Elvira grito de repente al ver la sangre, luego su cuerpo se puso flácido y se desmayó. Por suerte Tatiana la sostuvo para que no cayera al suelo directamente.
“¡Señora Azul!” Los dos guardaespaldas se asustaron y uno de ellos dijo: “A ella le aterroriza la sangre“.
“Llévala al hospital“. Tatiana lo dijo con decisión, y Yago se unió a ella para ayudar a subir al coche a la desmayada Elvira.
Los dos guardaespaldas, que no conducian, llamaron a un taxi y juntos corrieron al hospital y llamaron a Isidro.
Isidro seguía bloqueado en el exterior de la familia Basurto, esperando a que la criada informara a Adolfo.
De repente recibió una llamada de su guardaespaldas y se enteró de que su madre habia salido del hotel y habia estado a punto de ser atropellada por un coche y, aunque habia salido ilesa, había sido trasladada al hospital con una herida en la mano y sangraba, no tuvo tiempo de ver a Oriel y su padre e inmediatamente, corrió al hospital de la ciudad Atlántida con sus hombres.
Cuando Isidro llegó al hospital, la herida de la mano de Elvira ya había sido tratada, limpiada y desinfectada, la hemorragia detenida y vendada.
Ella también habia despertado del desmayo. Nada más despertarse, lloró pidiendo a su bebé. Tatiana fue para dársela.
“Bebé, bebé…” Elvira hizo caso omiso del dolor que sentía en las manos y abrazó la muñeca con fuerza, apretando la cara contra la de la muñeca y llamando al bebé una y otra vez.
Tatiana la miró así y se sintió abrumada por la tristeza, con ganas de llorar. Antes de que Elvira se desmayara, aún la cogia de la mano y llamaba a su bebé, pensó que Elvira se acordaba, quién le iba a decir que, cuando se despertaría, estaba de nuevo abrazando a la muñeca y llamando a su bebé.
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Fuera o no aquella mujer su verdadera madre, el solo hecho de verla asi hizo que a Tatiana le doliera el corazón inmensamente.
Yago la estrechó entre sus brazos y la consoló suavemente: “Hablaremos de ello cuando llegue su hijo. Sea o no tu madre, también deberías hacerte una prueba de ADN porque la has visto dos veces en sueños”
Tatiana asintió en silencio.
Si aquella mujer era realmente su madre….
Los ojos de Tatiana se pusieron rojos. Cuando veía a la mujer en sueños, era como si ella pudiera sentir sú dolor. Y verla en la realidad hacía que ese dolor fuera aún más profundo.
Se oyó una voz respetuosa al otro lado de la puerta.
Entonces la puerta de la habitación se abrió suavemente desde el exterior.
Los movimientos de Isidro, aunque algo ansiosos, fueron cuidadosos, temia agustar a su madre. Era la primera vez que llevaba a
Capitulo 155
su madre en un viaje que había acabado en accidente. Por suerte, el conductor frenó a tiempo, de lo contrario las consecuencias
habrían sido desastrosas.
Yago le ofreció paso a Isidro para que caminara hasta la cama.
“Mama“. Isidro se agachó y agarró suavemente la mano envuelta en gasa de su madre, cuyo tamaño y profundidad de la herida no eran visibles. El guardaespaldas dijo que las heridas de su madre eran más graves.
“Cariño, me duele“. Elvira actuó con lástima al ver a Isidro e incluso le tendió la otra mano: “Me duele”
Isidro le sopló suavemente en la mano y dijo en voz baja: “Mamá, ya no te duele“.
“Cariño“.
Isidro volvió a arropar a la muñeca y la arrulló para que se durmiera. Seguro que Elvira también estaba cansada.
Con la muñeca en brazos y su hijo a su lado, no tardó en dormirse. Aunque ya estaba dormida, de vez en cuando llamaba a su bebé y se le caian las lágrimas.
Isidro las limpiaba cuidadosamente de las comisuras de los ojos. Miró a su madre un momento antes de volverse hacia Yago y
Tatiana
Aunque sabia que ellos no tenian la culpa, la mirada que les dirigió seguía siendo escalofriante. Cuando vio a Tatiana, se sorprendió porque ella le resultaba muy familiar. Al mismo tiempo, se sorprendió de sentir una sensación de cercanía en lo más profundo de su ser y estaba ansioso por acercarse a aquella extraña mujer.
“Hola, soy Yago y esta es mi mujer Tatiana. Tu madre casi fue atropellada por nuestro coche, fue culpa nuestra y asumiremos la responsabilidad“.
¿Yago?
“¿Presidente del Consorcio Aurius, heredero de la familia Núñez?“.
Cuando Isidro llegó a Atlántida, fue natural que se informara sobre las distintas familias importantes de Atlántida. Yago, como actual lider de la familia Núñez, era el centro de su atención.
“Si“.
La expresión de Isidro se relajó mucho al decir: “El estado mental de mi madre no es bueno, fueron los nuestros los que no la vigilaron, dejando que saliera corriendo y casi se estrellara contra su coche, y no tienen por qué culparlos de este asunto”
“Afortunadamente, mi madre no sufrió demasiados daños“.
Sólo se habia magullado las manos.
“Sra Ibarra, me ha parecido usted familiar, ¿nos hemos visto antes en algún sitio?“.
Yago miró a Isidro detenidamente durante un momento y luego susurró: “Tiene usted un ligero parecido con mi mujer, probablemente por eso le resulto familiar“.
Tatiana había heredado el aspecto de su abuela. Isidro y ella eran hermanos gemelos, así que naturalmente habría cierto parecido
Isidro era un hombre varonil y de rostro fuerte, por lo que no se parecía especialmente a Nieves como su hermana lo hacia. El rostro de Isidro se puso serio de repente. Él y su madre habían viajado temporalmente a Atlántida porque habían recibido noticias de que su hermana podría estar en ese lugar.
“Sr. Ibarra, ¿puedo hablar con usted a solas un momento?“.
Yago asintió
Tatiana se quedó en la sala con Elvira mientras ellos salian.
Los dos se detuvieron al final del pasillo Isidro se volvió para mirar a Yago y le preguntó directamente “Sr. ibarra, me gustaria preguntarle si su mujer es hija biológica de la familia Ruiz. No le ocultaré nada, tengo una hermana gemela desaparecida desde hace veintitres años y la hemos estado buscandola Hoy recibi noticias de que mi hermana podría estar aquí, así que traje a mi madre aqui y, para mi sorpresa, me encuentro son ustedes”
“Siento que su esposa…”
A