Capítulo 107
Isidro frunció el ceño y dijo: “Desde que a mi madre le dio esos ataques, cada vez que ve a mi padre, siente miedo, ¿por qué mi padre va a verla sin
razón?“.
El guardaespaldas se quedó en silencio, tampoco sabia cómo responder.
Elvira ya llevaba más de veinte años con esos ataques. Aunque Isidoro estaba saliendo con Luna, no se había divorciado por completo de Elvira y seguia viviendo con ella, su esposa legitima, lo que hacía que la señorita Moreno sintiera mucha envidia. Ella vela a Elvira como una espina en el ojo. Cada vez que Isidoro iba a verla, ella se volvia loca de furia.
Isidoro era el patriarca de la familia Azul, Elvira era su esposa legitima, y no se habian divorciado, ¿quién tenia el derecho de impedir que un marido vea a su esposa? Aunque Isidro estuviera en la habitación, no podía impedir que Isidoro fuera a ver a su aún esposa.
Isidro sabia que el guardaespaldas no podia darle una respuesta, pero aun asi le preguntó instintivamente. Su madre había empezado a volverse loca de nuevo, Isidro se apresuro a la mansión El guardaespaldas lo seguía.
Apenas llegó a la puerta, Isidro escuchó ruidos de golpes y gritos desde dentro de la casa. Entró rápidamente y era la misma escena de siempre, muchos sirvientes rodeaban a Elvira, que abrazaba fuertemente a su muñeca con una mano y lanzaba cualquier cosa que encontrara con la otra. Los sirvientes ya habían sido advertidos por Isidro, por la que no se atrevían a atacarla como la última vez.
“Elvira”
Eva estaba ansiosa y angustiada, intentó acercarse, mientras la tranquilizaba con su voz “Soy yo, Eva“.
“No te acerques, no te atrevas a tocar a mi bebé“. Elvira levantó un jarrón con una mano, con los ojos fijos en Eva, parecía que si ella se acercaba, le lanzaria el jarron
“No te acerques, ese jarrón es una antiguedad que colecciono. Nieves grito, impidiendo que alguien se acercara. Tenia miedo de que provocaran a su nuera y rompieran su querido jarrón antiguo
Acompañando a la señora mayor estaban las nueras de la familia Azul. Aunque estaban nerviosas mirando a Elvira, había un toque de deleite en sus ojos. Parecian esperar que Elvira lanzara el jarrón a Eva, no solo para lastimar a Eva, sino también para romper el jarrón.
Nieves solia adorar a Elvira y trataba a Tatiana como a su propia hija, pero era fria con Diana Leira. Solo después de muchos años, Nieves comenzó a detestarla. Si Elvira en su ataque rompia el jarrón antiguo favorito de ella, Nieves, enojada, seguramente la expulsaria de la ciudad. Ese lugar estaba lejos del centro de la ciudad, lo que les facilitaria hacer sus movimientos.
Isidoro estaba parado en la entrada de las escaleras del segundo piso, mirando con complejidad a su esposa enloquecida. Inconscientemente se acercó a la puerta de la habitación de su esposa, recordando los viejos tiempos, no pudo controlar sus pasos y entró. No le hizo nada a su esposa. Acababa de entrar en la habitación y solo vio a su esposa abrazando a su muñeca, apoyada en una silla de descanso, adormilada, esa escena le recordo a cuando su hija todavia estaba viva.
Su esposa también solia abrazar a su hijo asi, apoyada en la silla de descanso, esperandolo para volver a casa. Se acercó, queriendo levantar a su esposa para ponerla en la cama, pero ella se desperto, se asusto, lo empujó, torno a la muñeca y huyo. Isidoro no podia entender por qué su esposa le tenia tanto miedo
¿Que le había hecho exactamente? Los ojos de Isidoro estaban llenos de remordimiento, dolor, pero sobre todo de impotencia Cuando vio entrar a Isidro, su expresión compleja desapareció y se volvió fria.
“Isidro“. Eva lo vio como si fuera su salvador y dijo: “Isidro, rápido, ve a calmar a Elvira, no dejes que rompa ese jarrón, es el favorito de Nieves”
“Todos fuera“. Isidro ordenó con severidad.
“Isidro, rápido, trae de vuelta el jarrón de la abuela, es muy caro, no puede ser toto por esa mujer loca…
“Esa mujer loca es mi madre!“. Isidro respondió fríamente: “Si el jarrón de la abuela realmente se rompe, no importa cuanto cueste, se lo pagaré a la abuela“.
¿El jarrón, por muy caro que sea, podria compararse con su madre? Todos despreciaban a su madre por ser una mujer loca, ¿quien la habia vuelto así?
Fue su padre, fue la gente de la familia Azul, porque su hermana desapareció, todos culparon a su madre por no cuidar bien a la niña. Todos sabian que fue el error de su padre lo que causo que su hermana fuera secuestrada. Y aún tienen la cara para culpar a su madre, fue su madre quien perdio a su hija y fue reprendida por la familia, ¿como no volverse loca ante esa situación?
Nieves frunció el ceño y dijo: “Isidro, solo me preocupa que, si el jarrón se rompe, pueda lastimar a tu madre“.
“Correcto, Isidro, debes respetar los limites, ella es tu abuela, tu superior, mira como hablas, ¿te parece que asi se trata a los superiores? Leira lo reprendió. En ese momento Nieves comenzó a favorecer a su familia, Lucas Azul, su hijo mayor, era solo medio año menor que Isidro, el y isidro ocupaban el puesto de vicepresidente en el Grupo Azul. Lucas estaba decidido a ocupar el lugar de Isidro.
La hija menor de Leira, Luisa Azul, era la prima más joven de Isidro, solo tenia diez años y se parecia un poco a Nieves en su juventud. Todo el mundo sabia que Nieves solia adorar mucho a Tatiana, porque ella heredó la belleza de la anciana en su juventud. Nieves sentia que Luisa era su replica, asi que la adoraba especialmente. Pero Luisa solo se parecia en un tercio, pero la anciana la adoraba increiblemente
Antes de que Isidro pudiera hablar, Isidoro, que habia estado parado en la entrada de la escalera, dijo “Isidro es mi hijo, si no hace algo bien, lo educare, no necesitas reprenderlo por mi, aunque la madre de Isidro está loca, yo, como su padre, no estoy loco”
Mientras hablaba, bajaba las escaleras. Leira apresuradamente dijo: “No tenia intención de reprender a Isidro por ti
“Isidro, quitale el jarrón a tu madre y llevala a tomar un poco de aire fresco para que se calme. Isidoro le ordenó
Isidro no dijo nada. Se acercó suavemente a su madre, con una mirada suave, le habló a su madre como si estuviera calmando a un niño “Mama, dame el jarrón, no vayas a lastimar al bebé“.
Elvira inmediatamente bajo la vista hacia la muñeca que sostenia en su brazo, realmente preocupada de que el jarrón pudiera lastimar al bebé, y aflojo la mano que sostenia el jarrón Isidro se lanzó hacia adelante y atrapó el jarrón con seguridad, sin dejar que su madre rompiera el dichoso jarrón. No le
Capitulo 107
nportaba el jarrón, solo no quería que su abuela aprovechara la situación para exigir que su madre fuera enviada a una villa lejos de la ciudad.
sidro colocó el jarrón y luego sostuvo a su madre, le dijo: “Mamá, te llevaré a dar una vuelta, a relajarte un poco, ven vamos“.
Mi amor, ¿también debemos llevar al bebé?“. A pesar de las múltiples correcciones de Isidro, Elvira todavía llamaba a su hijo, mi amor.
sidro suavemente respondió: “Si, llévalo, si sientes que es demasiado pesado, déjame llevarlo por ti.
No me sentiré cansada, estás tan ocupado todos los dias, tienes que manejar los asuntos de la empresa y los de la casa, estás demasiado ocupado, no uedo dejarte cargar al bebé, eso te harla sentir aún más cansado, déjamelo a mi“.
Ivira miró tiernamente a Isidro y le dijo con amor. “Si te sientes cansado, me sentiré mal”.
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