Capítulo 145
Ella planeaba ir a la joyería mañana para que un experto le echase un vistazo a este colgante, a ver quién era su dueño.
A las ocho de la mañana del día siguiente.
Elia se levantó, se cambió de ropa, se aseo.
Aunque la casa era nueva, ya tenía todo lo necesario adentro, incluso la cama y las sábanas. Sus viejos muebles y cosas cotidianas ya estaban en su lugar, haciendo lo que debian hacer
La cama y las sábanas de Elia todavia eran las de antes, pero las paredes de la habitación habian cambiado de ser viejas y estropeadas a ser nuevas y firmes
Esa noche, ella sintió ese aire familiar y desconocida al mismo tiempo, en general, durmió bien.
Anoche, Rosalinda Valdez durmió con Abel y Joel en una cama, y Josefina Valdez con Iria e Inés en otro cuarto.
En su antigua casa sólo tenian dos cuartos, cada vez que volvian a casa, Elia y los cuatro niños se apretujaban en una cama, aunque podían dormir de alguna manera, todavía era muy apretado, casi no podian girar el cuerpo.
Ahora, con más habitaciones, los niños podian dormir mejor, y ella también podia dormir más cómodamente.
Probablemente porque estaban tan cómodos que Rosalinda, Josefina y los niños aún no se habian despertado.
Elia abrió la puerta y vio que todos estaban durmiendo profundamente, una sonrisa se asomó en su rostro. No los despertó, solo cerró la puerta
suavemente
Tenia el colgante en la mano, listo para ir a la joyeria de la ciudad y ver quién era el dueño de este colgante.
Llegó a la puerta de la casa, abrió la puerta, y vio a dos hombres altos y fuertes parados en la entrada.
Estaban vestidos con uniformes de policía y sombreros de policía, jeran policías!
Elia se sorprendió un poco, parpadeó y preguntó: “Buenos dias, ¿a quién buscan?”
“Es esta la casa de Elia?” preguntó uno de los policías de manera formal.
Eka asintió: “Si”
“Estamos buscando a Elia.” dijo el otro policia.
Elia se sintió confundida, y dijo con curiosidad: “Yo soy Elia, ¿qué necesitan de mi?”
Al oir esto, los dos policías se miraron y luego mostraron sus identificaciones a Elia: “Somos policías de Pueblo Sauri, alguien denunció que has robado, necesitamos que vengas con nosotros a la estación.”
Robo? ¿Están seguros de que no se han equivocado?” Ela se sorprendió, sus ojos se abrieron de par en par
El policía vio el colgante en su mano y dijo: “Dame lo que tienes en la mano.”
Elia cooperó y le entregó el colgante.
El policía lo miró y dijo: “Lo que has robado es este colgante.
Pillada con las manos en la masal
El otro policia inmediatamente puso las esposas en las manos de Elia y la llevó a la patrulla de policia.
Elia se sintió muy injustamente acusada, estaba asustada y desorientada.
Fue llevada en la patrulla de la policia.
Las personas del pueblo que se levantaron temprano vieron a Elia siendo llevada por policía y expresaron su asombro.
Todos se preguntaban como Elia pudo construir una casa tan grande en tan poco tiempo. Resultó que había hecho algo ilegal, robando cosas afuera, por eso se hizo rica tan rápido.
Ella incluso mintió diciendo que un desarrollador construyó la casa como una prueba para ellos, no había dicho una sola verdad.
Paula vio a la policia irse y le dijo a la multitud lo mal que era Elia.
Elia fue llevada a la estación de policía para hacer una declaración.
Ella explicó con todas sus fuerzas “No robé este colgante, lo compré por trescientos dólares. Tengo un registro de la transferencia, pueden verificarlo.”
Elia mostró el registro de la transferencia con Paula a los policias.
El policia dijo: “Este colgante es real, su valor en el mercado es de mil doscientos dólares. No puedes comprarlo por trescientos dólares, además, cada colgante tiene un certificado correspondiente, si dices que lo compreste, ¿dónde está tu certificado?“
