Capítulo 230
El tipo se movía rápido, pero aun así logré captar un vistazo a su rostro borroso, me resultaba familiar.
De inmediato volví a mi habitación y llamé al administrador del edificio. Llegó diez minutos después, pero el hombre ya había desaparecido.
**Saca el video de la cámara de seguridad, ese tipo definitivamente no está bien!” le dije al administrador.
Tenía un presentimiento, ese hombre tenía algo que ver con el que habia apagado la electricidad en la habitación de mi madre en el hospital.
La administración fue eficiente, al día siguiente ya tenia el video de seguridad en mis manos. De hecho, había visto a ese hombre antes, había aparecido cerca de Gloria.
Era uno de los hombres de Gloria y Chloe.
Fui directamente a la policia, les entregué el video y señalé que el hombre trabajaba para Gloria.
“¡Charlotte!”
Acababa de regresar a casa del trabajo cuando vi a Chloe esperándome. Parecía haber pasado por mucho estos días, su presencia era imponente.
Me miraba con los ojos enrojecidos, como si fuera su enemiga.
Me quedé a unos metros de ella, sin acercarme, “¿Qué pasa?”
“Jajaja.” Ella parecía un poco fuera de control. Hace un momento estaba furiosa, pero de repente soltó una sonrisa escalofriante.
Frunci el ceño ¿estaria enloqueciendo?
Chloe se me acercó, con un aspecto pálido y una expresión extraña susurró: “¡Valentino me ha usado, no siente nada por mi!”
No tenia nada que decir, porque conocía muy bien la personalidad de Valentino: o amaba locamente o era aterradoramente racional.
“¿No es solo que quiere romper conmigo para que te des cuenta de sus sentimientos hacia ti? Les haré pagar, esperen“. Chloe se rio friamente, parecía un poco fuera de control.
“Enviaste a alguien a hacerle daño a mi madre y luego a alguien a espiar en mi casa de noche, ¿qué más tienes en mente?”, le pregunté fríamente.
Ella me miró con desden, “Por supuesto, algo mucho más doloroso, Charlotte, todo esto es tu culpa, pagarás por ello!”
Siempre creyó que Valentino originalmente la amaba, que yo había arruinado todo y causado que él perdiera interés en ella.
Era inocente, ¿cómo iba a saber que la trama más importante cambiaría después de la reencarnación?
No me hizo nada, parecia que solo había venido a amenazarme. Mirando su figura apresurada al irse, frunci el ceño.
No solo estaba preocupada por mí, sino también por mis padres.
Inmediatamente manejé al hospital para ver a mi madre y volvi a advertirle a las enfermeras que estuvieran atentas a los
extraños.
“¡Oiga, Srta. Charlotte, qué hace en el hospital! Viene a ver a Valentino?” Apenas entré al ascensor, vi a Gatita.
Llevaba una caja en la mano.
Negué con la cabeza, “No, tengo otros asuntos”
No quería contarle sobre los problemas de mi familia, asi que respondi simplemente.
Ella de repente me miró con cara de lastima, “Srta. Charlotte, ¿podría hablar con Valentino por mi?”
Estaba un poco confundida, “¿Qué dijiste?”
La puerta del ascensor se abrió, pero no era el piso al que iba. Ella me agarró y salió, dirigiéndose a una habitación del hospital.
Me quedé donde estaba, “Gatita, tengo otras cosas que hacer, no puedo ir a hablar con Valentino por ti”
Pareció encontrar fuerzas de algún lugar, y me arrastró hacia la habitación del hospital, “Ese hombre se está torturando a mismo, no come ni toma sus medicamentos a tiempo, si sigue asi, algo malo le va a pasar pronto!”
Aunque sus palabras eran directas, si Valentino continuaba sin cooperar con su tratamiento, podria causarle un daño serio a su salud.
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“Eso es problema de él, no es un niño de tres años, ¡tiene que responsabilizarse por su propio cuerpo!” Dije deshaciéndome de su
mano.
Mientras luchábamos, Valentino ya estaba parado en la puerta de la habitación del hospital.
No sé si escuchó nuestra conversación.
Se veia más pálido que antes, se veía algo sombrio. Me miró profundamente, “Tienes razón, no necesito que me enseñes.
Ella lo vio y me soltó la mano. Parecía muy decaída. “El médico dice que si sigues asi, podrias morir, ¿acaso te parece que la vida es demasiado aburrida?”
“Si tienes tiempo libre, deberías buscar un trabajo en lugar de estar rondando a mi alrededor.” Valentino le lanzó una mirada fria.
No mostró ningún agradecimiento y me senti aliviada de que no haber ido con la intención de persuadirlo.
Movi mi mano y lo mire indiferente, “Gatita está preocupada por ti ¿Crees que vine para persuadirte?”
“Entonces, ¿por qué estás aquí?”
“¡Ella me arrastró hasta aquí!” Rebati.
“Debe ser de tu mismo tamaño, ¿cómo pudo arrastrarte? Dijo mirándonos friamente. Era cierto que ella también era muy delgada.
Gatita suspiró profundamente, “Señor frío, ya he buscado a mucha gente, no puedes esperar que busque a tus padres para que te persuadan, ¿verdad?”
Podia oir la preocupación genuina que tenía por la salud de Valentino, quien sonrió con desdén y luego pasó caminando por nuestro lado hacia las escaleras. Gatita me agarró de nuevo y me siguió de cerca.
“Mira, fuma uno o dos paquetes de cigarrillos al dia. ¿Es eso lo que debe hacer un enfermo?” Ella, furiosa, pisoteo el suelo y señaló a Valentino fumando.
El problema es, ¿qué tiene que ver eso conmigo?
Intenté consolarla, “Gatita, esto es una prueba para ustedes. Él está solo. Si lo amas, tienes que aceptarlo tal como es.”
Mis palabras hicieron que él se girara. Tenía un cigarrillo en la mano y una mirada llena de ira.
“Pareces muy experimentada” Dijo friamente, “No te he dicho ya que no queria verte más? ¿Por qué no te vas?”
“Dile a ella que me deje ir Miré a Gatita, sorprendida. Ambas éramos delgadas, pero ella era mucho más fuerte que yo.
Valentino inmediatamente frunció el ceño, “Gatita, deja de causarme problemas ¡Lo que hago no es asunto tuyo!”
“¿Cómo puedes despreciar tanto el cariño de los demás? No es de extrañar que la Srta. Charlotte se divorciara de ti. ¡Te lo mereces!” Dijo abriendo los ojos de par en par
Después de decir eso, se dio la vuelta y se fue enojada. Me sorprendió su ataque directo. No tenia ningún reparo en decir eso frente a Valentino!
Después de que ella se fue, él y yo nos quedamos solos en las escaleras.
Bueno, si ella se va, yo también me voy. Me volví para irme, pero él dijo en voz baja, “Espera.”
Me volvi, confundida
Él estaba pálido, el cigarrillo había caído al suelo. Tenía una mano en el abdomen superior y la otra en la barandilla de la escalera. “Ayúdame a volver a la habitación.”
No parecia que estuviera fingiendo. Seguro que era otro dolor de estómago. Me quedé paralizada por un momento, él me miro, “¿No estás dispuesta a hacerme este pequeño favo