Capítulo 61
Cuando Tiberio terminó de hablar, sin mirar de nuevo la cara odiosa de Jasmina, agarró la muñeca de Isadora y caminaron hacia fuera.
Al llegar a la puerta, de repente pensó en algo y dijo sin volver la cabeza: “Ciro, sígueme”.
Ciro se sentia oprimido y molesto.
Pero sabia que Tiberio estaba tratando de ayudarlo por el bien de Isadora.
Aunque estaba indeciso, tal vez la aparición de Tiberio podría cambiar las cosas.
Siempre habia sospechado que era demasiado débil, Jasmina ya estaba detrás de Isadora y él no podía protegerla, incluso fue Isadora la que lo había protegido antes.
Y Tiberio era lo suficientemente fuerte, ya estaba en control de la familia Ramos y era presidente del Consorcio Regio. Él podria proteger muy bien a Isadora.
Pero aún se sentia oprimido, como un niño al que alguien le habia quitado su juguete favorito…
Isadora vio que Tiberio le había dicho a Ciro que la siguiera, pero él todavia estaba de pie alli sin responder ni moverse, entonces ella giró rápidamente y regresó, agarró su brazo y lo jaló hacia afuera diciendo: “¿Por qué sigues parado ahi como un tonto? ¡Vamos!”
Tiberio miró la mano de Isadora aferrada a la de Ciro, sus ojos se detuvieron un momento antes de apartar la mirada, como si nada hubiera pasado.
Cuando Ciro vio que Isadora estaba siendo tan afectuosa con él delante de Tiberio, de repente dejó de sentirse oprimido y sonrió: “Está bien, te seguiré”.
*Tiberio caminaba adelante, escuchando las palabras de los dos tras él, pensando… si, el apodo “tonto” encaja
perfectamente con Ciro.
Jasmina fue la última en dejar el cuarto. Después de que todos se fueron, finalmente dejó salir todos sus frustraciones a través de un grito.
Isadora y los demás ya se habían alejado mucho, pero aún escucharon el agudo grito.
Sólo sintieron que Jasmina realmente se había vuelto loca.
Cuando llegaron a la puerta del bar, Tiberio se detuvo de repente y dijo: “Vuelve a casa y duerme, no tienes que seguirnos”.
Isadora dijo sorprendida: “¿Ah? ¿No fue por mi que pasó esto… puedo ir con ustedes?”
“No hay problema, esto no es gran cosa”.
Viendo lo seguro que estaba Tiberio, Isadora no pudo evitar sentirse aliviada.
Miró en silencio a Ciro a un lado y dijo: “Tio… Ciro es mi buen amigo, ya que vas a la familia Pinales, ¿podrías.
cuidar de él también?”
Al escuchar esto, Tiberio no pudo evitar reir.
Una Isadora ya era suficiente para preocuparse, ¡y ahora esta niña quería que también se preocupara por alguien más!
¿De verdad pensaba que no tenia nada que hacer, y que le gustaba meterse en los asuntos de los demás? Ciro intervino: “No es necesario… podré encargarme de mis cosas. Isadora, vuelve a casa y duerme. Lo siento por asustarte esta noche, después de que todo se resuelva, te llevaré a comer algo delicioso para compensarte”.
Isadora lo llamó su buen amigo… e incluso le pidió a Tiberio que cuidara de él, lo cual lo conmovió mucho.
Resulta que había un lugar para él en el corazón de Isadora… incluso si tenia que enfrentarse al peligro de ser golpeado al regresar a casa, no tendría remordimientos en este momento.
Tiberio frunció el ceño “Vamos?”
Isadora sabia que Tiberio estaba impaciente, después de todo, deberia estar durmiendo bien a estas horas, pero ella lo había arrastrado a ayudar.
Si fuera ella, también estaría impaciente.
Asi que dijo con una buena actitud: “Me voy! Pediré un taxi para que me lleve a casa ahora mismo!”