Capítulo 110
Melisa notó que la habitación del hospital estaba muy limpia y aireada, y sonrió diciendo: “Hola, tía Carmen.”
La tia Carmen parecia ser alguien muy directa, miró a Isadora con una sonrisa en su rostro y dijo: “Ay, esta niña se pone más hermosa cada vez que la veo, que afortunada eres. Tener una hija tan guapa.”
Al escuchar el cumplido hacia su hija, Melisa respondió con una gran sonrisa “Claro que no, todavia es muy traviesa.*
“Las chicas jóvenes deben ser un poco traviesas. En cambio, en mi casa mis dos hijas son demasiado tranquilas, solo saben estudiar y leer todo el dia… Me temo que se convertirán en ratas de biblioteca.”
“Eso también es bueno, las chicas deben ser tranquilas y respetar las normas.”
“Por eso prefiero que mi hija sea un poco traviesa. Sin embargo, cada niño bene su propio destino, y depende de la suerte que tengamos en la
vida.”
“Tienes razón. Tia Carmen, tú también serás muy feliz porque tus hijas te aman mucho y tienes no una sino dos hijas.”
La tia Carmen logro forzar una sonrisa y dijo: “Eso también depende del tipo de familia en la que uno nace. En nuestra familia del campo, los hombres son más importantes que las mujeres y las dos hijas suelen ser mal vistas.”
Melisa también conocía la discriminación de género en algunas familias runiles y cambió de tema diciendo: “Isadora, ¿ya comenzaron las vacaciones?”
“Si Hay dos días de vacaciones. Mañana Petra y Sandra vendrán a verte, hoy fueron a casa a estar con sus padres.”
“Ay, tienes amigas muy buenas. Mañana me pondré el atuendo que Tibu compró para mi antes, para que mi hija Isadora no se avergüence.” Isadora respondió: “Mamá, no te preocupes, Sandra y Petra no son superficiales.”
“Simplemente quiero que me vean más hermosa. Al menos quiero parecer saludable, para que nadie piense que tienes una madre enferma y te miren con desprecio,”
Isadora sabia que su madre tenía sus propios pensamientos y no discutió con ella, solo sonrió y dijo: “Mamá, como prefieras, vistete como lo desees”
“Por cierto, ¿tienes suficiente ropa Isadora? El clima se va a poner más frio, quieres que te acompañe a comprar algunas piezas más?” “Mamá, no te preocupes por eso. Tengo una buena relación con mis compañeros y Petra. Hay muchas tiendas de ropa cerca de la escuela, podemos ir después de clases. Por favor, solo descansa tranquila.”
“De acuerdo, los jóvenes se divierten más juntos.”
Isadora pasó toda la tarde en el hospital con su madre, preocupada de que el loco se despertara y entrara al hospital causando problemas. Pero nadie entró durante toda la tarde y a la noche el hombre no apareció, lo cual fue un alivio para Isadora.
Esperaba que ese hombre supiera que no podia meterse con ella y no volviera a intentarlo, de lo contrario… todas las consecuencias serían por su propia acción.
Después de la cena, Isadora acompañó a su madre a dar un paseo por la entrada del hospital. De repente, el teléfono sonó.
Isadora miró el identificador de llamadas y descubrió que era una llamada del dueño del club en el que solia trabajar.
De inmediato le dijo a su madre: “Mamá, tengo que contestar esta llamada
“¿Quién te está llamando?”
“El dueño del club donde trabajaba antes, creo que necesita que yo le ayude con algo.”
“Bueno, si es necesario… Yo estoy algo cansada, asi que subire.”
“Está bien.”
Después de que Melisa subió, Isadora contestó la llamada y escuchó la voz urgente del hombre al otro lado de la linea que decia: “Isadora! ¡Tienes que ayudarme!”
Isadora pudo escuchar ruidos ruidosos en el fondo del teléfono.
Frunció el ceño y preguntó por instinto: “Jefe, alguien está causando problemas?”