CAPÍTULO 6. La alianza de los desesperados
Mar no entendia lo que estaba sucediendo Las medicinas de Michael estaban allt, en la palma de su mano, mientras frente a ella el doctor Alan Parker parecia nervioso
-Qué ¿Qué quiere que haga? -preguntó recomponiéndose de inmediato mientras guardaba los frascos en sus bolsilios
Él tomó una de sus manos, entrelazando sus dedos con un gesto que la dejó sin aliento Se dieron la vuelta y vieron al director del hospital acercándose a ellos Su expresión era incredula y descompuesta Se detuvo a unos pasos de distancia, señalándolos indistintamente a uno y a otro como si no pudiera creerlo
-Ustedes ?En serio? ¿Pero cuándo? ¡Mar está aquí desde hace solo dos meses y no me habla hablado de ti
Mar sintió que la respiración le faltaba de repente
-No queriamos decir nada porque sabíamos que no deberiamos trabajar juntos-le explicó Alan con ecuanimidad- Pero ahora que las cosas se formalicen buscaremos la forma de hacerlo funcionar, se lo aseguro. Mar es mi prometida y pronto será mi esposa, y esa no es una relación cualquiera ¿verdad?
Mar no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Prometida? ¿Esposa? ¿De qué diablos estaba hablando el doctor Parker?! Apretó los dientes para disimular su asombro, pero Alan tenia una sonrisa dulce y amable, mientras que Wayland estaba estupefacto.
-¡Tú estabas en una misión! ¡Acabas de volver de África! -exclamó
-Ya sé, pero lo de Mar y mío es más antiguo…. desde….
-¿Desde cuando!?
Alan apretó la mano de Mar en la suya. Ella estaba congelada, pero él no estaba mucho mejor. -Desde Nueva York -se adelantó Mar intentando ayudarlo.
-Eso, desde Nueva York. Pero apenas supe que Mar estaba aquí decidi trasladarme de manera inmediata… ¡Es como usted dice! Algo que me hará quedarme la próxima década, ¿no es cierto?
El director seguía anonadado, pero Alan seguia sosteniendo la mano de Mar y ella a pesar de los nervios se comportaba con la misma entereza que había aprendido a fuerza de golpes. No tenia ni la más mínima idea de lo que sucedia, pero sabia que en sus bolsillos estaba la medicina que necesitaba para su hijo.
Finalmente Wayland se cruzó de brazos y asintió.
-Bien, entonces supongo que no tengo más remedio que aceptarlo -murmuró-. De verdad no me esperaba esto.
-Lo lamento mucho, director Wayland -se disculpó Alan-. Lizetta es una mujer maravillosa, pero usted sabe que en el corazón no se manda. Yo ya tengo una familia que amo y solo puedo desearle que encuentre un hombre que la merezca y la haga feliz.
-Si, si, ya veo… -gruñó Wayland molesto.
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Alan estaba declarando aquella relación como algo serio, asi que no podia insistu demasiado sin levantar sospechas No le hacia ninguna gracia lo que estaba pasando, pero ya no podia hacer nada para forzar al condenado pediatra a casarse con Lizetta
-Le agradezco su comprensión director Igualmente aunque no seamos familia politica, la amistad prevalece Sé que usted es un hombre integro y que me apoyará frente a la junta de accionistas -sentenció Alan sonriendo y no podia haber manipulación más clara ni más efectiva Después de todo, ya no hay nada que le impida a la Junta preocuparse por mis intenciones de quedarme, ¿verdad?
El director Wayland asintió confuso y finalmente suspiró, vencido
-Está bien, si… claro que lo apoyaré en la junta -dijo finalmente antes de alejarse rumbo a su
oficina
Mar lo vio irse y todo aquello se revolvió en su cabeza como un gran tornado.
¿Qué había pasado en los últimos minutos? ¿Qué le pasaba al doctor Parker como para llevarlo al punto de decir que estaban prometidos?
Lo miró con todas aquellas interrogantes bailándole en los ojos, pero él le regaló una sonrisa forzada y se inclinó para darle un beso en la mejilla que puso a Mar más tiesa que un quinceañero
un show de Victoria Secret.
-Nos vemos más tarde, cariño -murmuró él entre dientes. ¿Te parece si almorzamos juntos?
Mar pestañeó muy rápido y asintió con una sonrisa torcida.
-Claro… cariño. Almorzar… juntos… si.
Alan se fue y ella se sentó detrás de su escritorio sintiendo cómo las palmas le sudaban. Lo único que la calmó fue sacar aquellos frascos de medicinas y saber que tenia cubierto al menos un segundo mes para su hijo. Intentó ser paciente hasta el mediodía, pero apenas el reloj marcó las doce y media, se levantó de su escritorio y corrió al área de pediatria.
Alan la vio llegar desde el otro extremo del corredor y le hizo un gesto para que lo siguiera. Abrió la puerta de un cuartito de suministros y tiró de ella para meterla dentro, encendiendo una débil
luz sobre los dos.
-¡Hola “cariño”! -lo remedó Mar exaltada-. ¿Qué rayos fue eso, doctor Parker? ¿Cómo que cariño, comprometida y nos vamos a casar pronto? ¡Tiene que ser una broma suya y del director! ¡Por dios digame que solo fue una broma!
Alan bufo molesto, porque lo último que queria era tener que darle explicaciones a una mujer, pero ya se habia metido en el lodo hasta las rodillas, no le quedaba otra opción que hundirse un poco más.
-No fue una broma, fue una… ¡medida desesperada! Como la tuya cuando trataste de robar el frasco de medicina de la vitrina de Pediatría.
Mar intentó retroceder, aturdida, pero no habia mucho espacio hacia dónde escapar.
-Usted… ¿usted… sabe…?
-Soy un hombre inteligente, no me tomó mucho darme cuenta -aseguró Alan-. Primero verte en un lugar donde definitivamente no debías estar me causó curiosidad, luego tu bebé enfermó aqui,
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no fue dificil de relacionar Además se que el idiota de Preston te nego el adelanto de salario, asi que imaginé que no tentas con que pagar la medicina O me equivoco? Por eso estabas intentando robártela cuando yo llegué solo que esa resultó no ser la unica que necesitabas
Mat se puso roja en un instante y sintió que las lágrimas de verguenza le subian a los ojos Odiaba lo que habia estado a punto de hacer y el tipo de persona en is que eso la convertia, pero no habia nada que ella no fuera capaz de hacer por su hijo
Pues no, tiene tazón, no era la unica que Michael necesitaba y no, no me alcanzaba ni siquiera para la primera -respondió- Y si en este hospital le pagaran a la gente normal un salario minimamente decoroso no habría estado en esa situación no estarla ahora -Mar se cubrió la cara con las manos, porque nada de lo que dijera era justificación Robar era robar y punto- Se que no debi ni pensarlo pero -Lo miró de arriba a abajo y se encogió de hombros ¿Cómo alcanzarla siquiera a explicárselo? ¿A un hombre como usted? A un médico respetado y con dinero ¿Cómo podria entender cómo es ser una madre soltera con un salario por debajo del minimo y prestaciones inferiores a la ley?
Su barbilla temblaba y su pecho subía y bajaba al ritmo entrecortado y ansioso de la persona que lucha contra el instinto desesperado de echarse a llorar. Mar le dio la espalda por un segundo y Alan retrocedió mirando al techo. Se había dicho que las lágrimas de ninguna mujer iban a conmoverlo ya, pero precisamente esas que ella se estaba tragando y no le dejaba ver, eran las que estaban haciendo un nudo en su estómago.
-Yo también me di cuenta -murmuró finalmente y Mar se giró con expresión interrogante- De que no es normal que no puedas cubrir bien tus gastos y los de tu hijo con tu salario… Escucha no pretendo juzgarte, ni de lejos, ¿de acuerdo? He notado que hay cosas muy jodidas en este hospital pero yo también tengo las manos atadas, al menos hasta que consiga el puesto de Director y logre hacerme cargo de los asuntos realmente importantes.
Mar se acarició los brazos con ansiedad y asintió levemente. Eso podía entenderlo, pero lo demás
-Comprendo, pero ¿qué fue eso del compromiso? -le preguntó.
-Wayland quiere meterme a su hija Lizetta por los ojos -respondió Alan con fastidio.
-La señorita Wayland ha venido varias veces, parece una buena mujer, es distinguida y amable. Y también es muy hermosa -murmuró Mar con sinceridad.
-Pues de fachada le queda bien, pero es una mujer sin oficio ni beneficio que solo se dedica a la socialización gruñó Alan-. ¡Además yo no quiero casarme con ella o con ninguna otra mujer!
“¡Oh! ¡Es gay! Con razón…”, pensó Mar, porque si para farsas buscaban mujeres ella no era ni la más linda ni la más distinguida.
-¿Y no le podia decir que no y ya? -preguntó confusa.
-No, porque sin una buena excusa para rechazar a su hija Wayland no apoyaria mi puesto como siguiente director ante la junta, y lo único que se me ocurrió con suficiente peso fue… ya sabes, ¡el dichoso compromiso! -bufo Alan con frustración.
Ambos se quedaron en silencio por un largo segundo hasta que él se atrevió a hacer la propuesta que le habia estado rondando la cabeza toda la mañana.
-Mar… escucha, ¿qué tal si empezamos por reconocer que los dos estamos en situaciones muy
complicadas que quizás, solo quizás potamon ser is entación el amo para at otrat –le instance
y
Ella arrugó el cefio y se abrazo el cuerpo con aprehensión.
—¿Qué quiere decir?
Bueno, no quiero sonar insensible pero to no puedes costear ahora mismo la medicina de to f
y yo si respondió Alan Y por otro lado yo necesito una familia de mentira para que la Junta me vea como un hombre responsable que no se irà a otra mitión de Madiene sin Fronteran
-Y para espantar a Lizetta Wayland
-Exacto apuntó Alan- Entonces ¿qué te parece si dos desesperados hacen una alianza?
